domingo, 18 de mayo de 2014

Mesa barroca de caoba con influencias portuguesas e italianas siglo XVII

Mesa barroca de caoba con influencias portuguesas e italianas siglo XVII

El estilo barroco aparece en España a mediados del XVII con claras influencias italianas, aunque cada región aportó su esencia personal siguiendo las trazas de los modelos originales.  El mueble que ahora os presento refleja perfectamente este sincronismo de estilos dando como resultado uno propio de personalidad plena y que muchos reconocerían como barroco portugués, manuelino, etc.
Dentro de los elementos que decoran esta mesa cobran especial importancia los soberbios torneados. Como elemento de ornato, el torneado se ha realizado generalmente de formas muy diversas, pero hay que destacar que en Italia, la forma más extendida fue en espiral simple o doble, también llamada tortiglione. Éste podría llegar a ser de mayor o menor apreciación, dependiendo de que el movimiento de la espiral fuese sólo hacia la derecha, o formada por dos espirales de movimientos opuestos y convergentes en un punto central, como se puede apreciar en esta mesa.
Mesa antes de la restauración
La pieza llega al taller desde nuestra vecina Olivenza, enclave portugués hasta 1801. Al parecer, este noble mueble, antes de pasar a ser del interés de su actual propietario, descansó más de una centuria en el interior de un lagar de aceite, en el cual, lejos de desempeñar su función de origen, sirvió de escalón para acceder al recinto donde unas muelas de piedra transformaban aceitunas en oro líquido. La grasa derramada durante siglos mezclada con el polvo siempre habitual, dejó una capa de suciedad importante y difícil de eliminar, pero al menos la madera ha llegado en bastante buen estado a nuestros días.
Acumulación de suciedad en torneados
Cata de limpieza en cajón
Está construida con madera de caoba, y sus dimensiones sorprenden cuando observamos que la tapa está realizada de una pieza de tres centímetros de grosor. En un examen preliminar, se observa como  la parte inferior realizada con una suerte de torneados en forma de H unen sus patas de forma robusta. Esta estructura, aparte de lo ya comentado, nos ayuda a datar cronológicamente el estilo en el siglo XVII, ya que posteriormente serían en forma de cruz.
Detalle de la chambrana en H
Proceso de restauración
En primer lugar se procedió a un examen visual meticuloso, con el fin de detectar ataques de tipo biológico, que en definitiva suelen ser los más difíciles de eliminar. La madera de caoba americana es inmune a la carcoma, pero a veces, los muebles no están construidos en su totalidad con el mismo material, y por ello hay que realizar un examen minucioso del conjunto con el fin de detectar si hay alguna zona con maderas distintas. Tras repasar el mueble, se ve como las seis terminaciones de las patas en contacto con el suelo estaban realizadas en madera de pino.
Ataque de xilófagos: Anobium Punctatum
Las basas se encontraban muy picadas, pero al no tratarse de un ataque activo se dio un tratamiento preventivo, aunque si fue necesario consolidar el soporte en algunas de las piezas  tras el tratamiento.  La madera fue tratada con inyecciones de Corpol® y consolidada con paraloid.
Tras el tratamiento preventivo y la consolidación, se dio paso a los arreglos de carpintería y ebanistería. Los torneados se encontraban en buen estado, pero había faltas en los complementos decorativos de la faja, concretamente la moldura de un cajón y una ménsula tallada. Ambas fueron talladas a mano en madera de haya.
Falta de ménsula y moldura. Abajo reintegración con haya
Una vez terminados estos trabajos preliminares, se procedió a la limpieza química de la superficie. La madera no tenía restos de repintes, pero si estaba impregnada por una gruesa capa de suciedad que necesitó de elementos mecánicos de refuerzo para limpiar las tallas.
Detalle tras la limpieza

Para eliminar las capas de suciedad de origen proteico se utilizó una disolución de disolventes orgánicos.
Tras la limpieza, se pasó a la reintegración cromática de las piezas que faltaban. Para ello se utilizó extracto de caoba disuelto en agua.

Mientras se secaba el tinte, se pasó a la limpieza y protección de herrajes: bocallaves, tuercas y tornillos de forja decorativos. Para la limpieza de metales se utilizó un baño químico con carbonato sódico y la protección final con un barniz al agua para metales.


En este momento, el mueble estaba totalmente terminado y sólo faltaba la protección final.
La mesa se terminó aplicando el mismo acabado que tenía de origen, en este caso, una capa de cera virgen. La composición empleada fue: Cera virgen de abeja, cera de carnauba y esencia de trementina, aplicándose en caliente con brocha.
Trabajo terminado

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